Hace unos meses escribimos una entrada en este blog dedicada a una fachada de la Calle Coliseo. Esa fachada es singular por sus trampantojos, de buena ejecución y factura, y por ser diferentes y originales sus simulaciones arquitectónicas. Generalmente los trampantojos de nuestros edificos del casco histórico repiten, con discretas variaciones, sus motivos decorativos. El propietario del edificio en cuestión de la Calle Coliseo, o el maestro que decoró la fachada de Coliseo, buscaba diferenciar su propiedad o su obra del resto y añadir ideas nuevas por encima de las plantillas habituales del gremio. Pero nunca la inspiración esta libre de influencias y recuerdos de imágenes y diseños ya existentes. Quizás sólo los genios están libres de estas ataduras mundanas. Es por ello que nuestra vieja ciudad tiene infinitas líneas invisibles que conectan las soluciones constructivas de unos y otros edificios. ¿ Donde había visto yo en Toledo algo parecido a los motivos decorativos de la fachada de Coliseo ? ¿ De qué fuente bebió el artista que pintó esos sencillos motivos ? Toda la ciudad es un catálogo de ideas, muestras y patrones donde elegir, ¿ o tal vez la línea invisible de nuestra fachada vuele por encima de las murallas y conecte con patrones de otra ciudad ? La circunstancia de dedicar todas las semanas, por motivos profesionales, un buen número de horas a visitar múltiples rincones del casco antiguo, nos permite a los técnicos del Consorcio hacer visibles esas ocultas líneas que enlazan el patrimonio construido. A continuación les mostramos algunas de estas conexiones constructivas, algunas creadas por las mismas manos, repitiendo soluciones decorativas, otras veces inspiradas en antiguos patrones o en la observación de lo ya existente, y finalmente como consecuencia de la dispersión de elementos que en origen estaban en un mismo edificio.
Calle Coliseo, 12. Aunque existen sutiles variaciones, nos atreveremos a decir que la inspiración de las simulaciones de la fachada de la Calle Coliseo tiene su origen en la labor de cantería desplegada en la Torre de la Catedral Primada de Toledo.
Encadenamos nuevas conexiones entre nuestra emblemática fachada, el Palacio de Munárriz y la fachada del Bajada del Colegio Infantes nº 6.
Más conexiones para la fachada de la Calle Coliseo: cordón franciscano en la portada de la oficina de correos de la Calle de la Plata, antiguo Hospital de Bálsamo.
Calle Bulas nº 21 y Cuesta de Santa Leocadia nº 22. Viejos arcos de herradura con dovelas resaltadas.
Puerta del Cambrón y Bajada del Barco nº 4, Callejón de Niños Hermosos, Cuesta de San Justo, Calle Recogidas. Balconeras con barandilla de balaustres.
Cerramiento de forja en el Cristo de la Luz y mirador de madera en Plaza de Zocodover Nº 3. Aquí la línea de conexión es un motivo decorativo. La bellota es un elemento que puede encontrarse en multitud de estatuas y grabados antiguos y es habitualmente empleado en heráldica como un símbolo de antigüedad y de fuerza. Encontraremos bellotas también en una reja de una vivienda entre la Plaza de las Fuentes y la Plaza del Colegio Infantes, y en esta última plaza en su fuente de piedra.
Corredorcillo de San Bartolomé nº 4 y Calle Juan Bautista Monegro nº 4. Estas portadas, y las que se muestran más abajo, tienen resuelto el dintel con un arco conopial.
Portada de la Capilla de Santa Catalina, en la Iglesia de El Salvador, y portada en Callejón del Capricho nº 6.
Callejón de Menores nº 11.
Portada en Plaza de las Fuentes nº 5 y ventana en el Palacio de Munárriz.
Los portones tradicionales tampoco quedan al margen de las conexiones. En este caso parece evidente que un mismo carpintero fue el autor de estas dos puertas. Calle Sinagoga nº 2 y Calle Pozo Amargo nº 15.
Espadañas y contrafuertes de traza mudéjar. Estos remates decorativos en los laterales marcan, con su replanteo y disposición de ladrillos, el ancho de estos muros. Cualquier pequeño paramento es bueno para desplegar arcos de herradura y arcos polilobulados. Iglesia de Santiago del Arrabal y capilla lateral de la Iglesia del Convento de Santa Isabel.
Escuela de Artes y Oficios y espadaña del campanario del Convento de Santa Úrsula.
Calle del Cristo de la Luz nº 8 y Puerta de la Alegría en la Catedral Primada. Ambas puertas, de muy diferente valor, tienen en común el mismo tipo de peldaño de entrada. La piedra que constituye estos escalones es un valioso mármol de color rosado. La incógnita es saber cómo llegó este refinado elemento de cantería a la discreta casa del Cristo de la Luz.
Callejón de Gigantones nº 1 y Callejón de San Pedro nº 2. Capiteles y columnas idénticas.
Palacio de los Toledo en la Calle de la Ciudad, Callejón de Gigantones s/n. Herrajes de tradición mudéjar.
Portón del Café Legendario en la Plaza de San Vicente, portón de la Escuela de Traductores de Toledo.
Finalmente traemos a esta entrada el cuadro del Patio del Teatro, Callejón de Cepeda nº 5, para mostrarles dos elementos, que retratados en su tiempo hoy en día ya no están en este viejo palacio. Si bien perdimos estas magníficas piezas al menos nos quedan sus conexiones constructivas en otros puntos de la ciudad. El primero de ellos es el portón situado en el lado izquierdo del patio, de doble hoja y lacería de ocho, su alma gemela se encuentra actualmente en uno de los patios del Museo del Greco. El segundo corresponde a la ventana con arquillos polilobulados del fondo, encontraremos un elemento parecido en la Calle Instituto nº 1.
por Jose María Gutiérrez Arias
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